El arte de hacer coaching

Hoy en día es muy frecuente escuchar tantas definiciones de qué es y qué no es el coaching como personas hay. En este presente y en mi país, Argentina, hay mucha confusión al respecto. Uno puede escuchar en diferentes ámbitos desde que: el coach hace “magia” hasta que el coach es un entrenador o mayoritariamente escuchar que es el coach es una especie de psicólogo.

En estos últimos años cada vez se escucha con mayor frecuencia la palabra “coaching” en diferentes ámbitos, sean estos privados y públicos y uno tiende a considerar que debido a esto hasta podría ser una “moda” pasajera…Y será moda pasajera si no se profesionaliza la profesión de coach e incluso se podría hasta llegar a desvirtuar si no se aclara. Entonces hará falta que el coaching sea una carrera oficial internacional, para que se sepa qué es y qué no es, que tenga sus derechos y obligaciones, tenga sus alcances y limitaciones entre otras tantas cosas.

CUIDADO! Trabajamos con seres humanos y con todo lo que ello implica!

Trabajamos con sus expectativas, emociones y deseos de cambio, lo que hace que todo esto no sea un tema menor. Esto implica una gran responsabilidad profesional.

Entonces todo lo anteriormente descripto conlleva a que el trabajo del coach deberá inicialmente aclarar cuáles son los alcances del coaching y para qué sirve. Tarea esta que llevará algún tiempo, pero que será inevitablemente necesaria de aclarar.


¿Qué influencias y disciplinas toma el coaching?
Son múltiples y variadas las disciplinas y ciencias que convergen en la creación de coaching, dado que tomará aspectos de  la psicología tradicional Freudiana, de las nuevas ciencias de la conducta, como ser de la terapia cognitiva-conductual, de la P.N.L (programación neurolingüística), entre otras, incorporando como metodología transversal a la mayéutica, método Socrático que ayudaba a las personas a llegar al conocimiento profundo de uno mismo, de las cosas y de los acontecimientos, a alcanzar una nueva visión del mundo, producto de la iluminación del “darse cuenta”, que permitía llegar a “la luz” de los conflictos y preguntas existenciales de la vida, a través de un entramado de preguntas inteligentes y efectivas, que en coaching se las llamará “poderosas”, las cuales están destinadas a provocar un quiebre estructural de la conflictiva u objetivo a resolver y conseguir.
Como Sócrates, el coaching también cree que no existe el enseñar, solo el aprender y esto ocurre porque el conocimiento no está en el coach sino que lo posee el coachee o cliente. El coach no dice que hacer, él ayudará y acompañará a sacar lo mejor de su coachee.


¿Cómo llega el coach al logro de la transformación personal en su coachee?
Me gusta pensar que el camino a descubrir y transitar es de dos vías, de doble mano, camino que irán transitando coach y cliente en una “relación horizontal”, en donde el logro de resultados dependerá 50% del coach pero el otro 50% será de su coachee (cliente). Acuerdo este que deberá consignarse previo al inicio del proceso, acuerdo este que definirá expectativas de ambos lados y compromiso del coachee hacia él mismo y a su vez hacia su coach.

Para ello la relación coach-coachee tendrá que ser lo suficientemente estrecha para que el coachee pueda “abrirse” en una conversación profunda y sin límites hacia su coach, pero a su vez lo suficientemente lejana para que el coach no se involucre emocionalmente en situaciones u objetivos planteados por el coachee y que le remitan a situaciones vividas personales o creencias o planteos en los que tiene una opinión fundada. Ese tipo de relación de cercanía-lejanía será fundamental para el logro de los objetivos planteados a través de las conversaciones.

A lo largo de las conversaciones y mediante diferentes técnicas y herramientas, se irá generando ese “rapport” (comunicación-contacto-acercamiento) indispensable para el éxito de ese proceso. Son herramientas que el coach conoce y que como toda herramienta tendrá que tener práctica. Serán herramientas que cada coach utilizará según su propia personalidad, seguridad y estilo y que además dependerá de la situación planteada por su coachee.

Por esto y por muchas razones más, puedo afirmar que “Ser coach no es para cualquiera”. 


¡El coaching es un arte!
El coaching es un arte y como consecuencia cada coach deberá sentir y conocer “El arte de hacer coaching” y por consiguiente me gusta entender al coach como un artista en el más amplio sentido.

No cualquiera puede ser coach, así como no cualquiera puede ser médico ni actor. El coach tiene que tener determinadas habilidades características como cualquier otra profesión.

Y así como el médico fue antes paciente, el maestro fue alumno y el actor público, el coach debe haber tenido que pasar primero y obligatoriamente por la experiencia de ser coachee. Haberse puesto del otro lado y haber sentido probablemente lo que tendrá que generar a partir de su profesión y en su coachee.
Suelo decir que: “No hay persona más difícil de cambiar que uno”, entonces con esto quiero decir que el coach tendrá que haber sido el primero en generar cambios con él mismo inevitablemente.


El coaching definitivamente es la herramienta para la transformación personal.
Básicamente tiene que ver con el poder descubrir los ejes centrales limitantes que nos atraviesa como personas, desde lo más profundo, y que muchas veces nos cuesta y duele aceptar.

El proceso de coaching es un pensamiento donde tiene cabida y posibilidad el proceso de cambio y transformación personal, de aprendizaje y aceptación, de madurez y evolución. Me estoy refiriendo específicamente al pensamiento que lleva a la acción del «hacerse cargo».


El coach como factor de cambio
Entonces y como se habrá podido observar, la constante de este artículo son las propuestas referidas a los «cambios personales y sostenidos en el tiempo», cambios que tendrán que ver con uno y NO con los demás. Esos pequeños cambios diarios para la transformación comenzarán a dar enormes satisfacciones cuando uno menos lo espere y no cuando uno quiera.

Me gusta pensar en los cambios en nuestros coachees como un “click” o un “crack” mental, dependiendo estos de los insights que generen ellos mismos.

Mi satisfacción personal como profesional del coach es y será el estar atento para descubrir y escuchar esos “ruidos” de transformación personal.

Hermosa Vida para todos!


Mg. LEO BAJER

Máster Internacional en Coaching Empresarial, Ejecutivo y Mentoring.
Coach Ontológico Profesional con Orientación en Management (ICF).
Técnico Superior en Marketing.Conferencista, Escritor, Capacitador y Consultor de Empresas.

 www.buenosairescoaching.com.ar

Un comentario en “SER COACH NO ES PARA CUALQUIERA

Deja un comentario